Un grupete de adineradas jugadoras de hockey se dieron cita en un típico barcito de la ribera norte para degustar una picada, birra helada y por que no roer algún huesito. Y allí, confundidas por el aire libre quizás, dieron paso al modo fogón y decidieron ¿cantar? "una que sepamos todas". Un comentario habla por demás: dirigiendo la movida musical estaba ¡WERNER! (¡qué lindo darle lugar a la sordita ¿no?!)
viernes, 4 de septiembre de 2009
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